jueves, 22 de septiembre de 2011
La Historia de zaqueo(T10)
¿Recuerdas cómo fue cuando conociste a tu mejor amigo o amiga? Intenta recordar cuándo fue, dónde fue, qué sucedió, que pensaste de él, qué sentiste...
Por si te ha costado hacerlo, te propongo esta situación imaginaria: Seguro que hay alguien a quien te gustaría conocer bien porque por ejemplo es famoso, o bien porque le admiras mucho o has oído hablar de él. ¿Qué pasaría si un día esta persona se encontrara contigo y te dijera que quiere alojarse en tu casa? ¿Qué sentirías? ¿qué harías?. Pues algo así le sucedió a Zaqueo:
En la época en la que Nuestro Señor Jesucristo vivía en la tierra, Zaqueo era un empleado del gobierno en Jericó, una ciudad importante. Èl era el jefe de los recaudadores de impuestos del distrito (O sea, jefe de publicanos) por lo que se había enriquecido. Zaqueo era mal visto por la gente de Jericó.
Un día se enteró de que Jesús de Nazaret bajaba a su ciudad. Había oído hablar de él y quería conocerle. Lo que pasó nos lo cuenta el evangelista Lucas en Lc 19, 1-10:
Jesús atravesaba la ciudad de Jericó. Había en la ciudad un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, que quería conocer a Jesús. Pero, como era bajo de estatura, no podía verlo a causa del gentío. Así que echó a correr hacia delante y se subió a una higuera para verlo, porque iba a pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, levantó los ojos y le dijo:
"Zaqueo, baja enseguida porque hoy tengo que alojarme en tu casa."
Él bajó a toda prisa y lo recibió muy contento. Al ver esto, la gente murmuraba y decía refiriéndose a Jesús:
¡Se ha alojado en casa de un pecador!
Pero Zaqueo se puso en pie ante el Señor y le dijo:
"Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres y si engañé a alguno le daré cuatro veces más".
Jesús le dijo:
"Hoy la salvación ha venido a esta casa., porque también éste es hijo de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar lo que estaba perdido".
Del amor de Dios para con Zaqueo nace, pues, una respuesta, una misión, un camino. Dios mismo le había dado la respuesta a la llamada que le hacía desde dentro a la plenitud: el camino de la Vida estaba en seguir a Jesús y él lo hizo de un modo concreto: repartiendo sus bienes y, seguramente, ejerciendo su oficio, ahora de manera intachable.
¡Todo fue fantástico! Y aunque de Zaqueo nunca más se supo, ni en el Evangelio ni en la Tradición de la Iglesia estamos muy seguros de algo: ¡Nunca se olvidaría de lo que experimentó en aquel día!
Por primera vez, en su vida había encontrado alguien que, ante su pecado, no experimentaba horror ni desprecio, sino una infinita ternura y un deseo enorme de sanar sus heridas internas, en lugar de condenarlas; alguien, que le ofrecía una nueva vida, la Vida.
Zaqueo tenía sed de felicidad, de plenitud, se sentía vacío, hasta aquel día en que se había encontrado con Jesús. Y lo que le pasó a Zaqueo nos pasa a todos. Todos buscamos ser felices y a veces lo hacemos por caminos equivocados. Buscamos que el dinero, el poder, las salidas del fin de semana... nos den la felicidad, pero, en el fondo, como Zaqueo nos seguimos sintiendo vacíos. Nos sentimos llamados a ser felices, pero ¿dónde está la respuesta?
LA RESPUESTA ESTÁ EN SEGUIR A jESÚS Y BUSCARLO TAL COMO LO HIZO ZAQUEO ,NO IMPORTA QUE NOS SINTAMOS PEQUEÑITOS POR CULPA DE NUESTROS PECDAOS O POR SENTIR QUE ESTAMOS LEJOS DE DIOS ,LO IMPORTANTE ES SUBIRSE EN ESE ARBOL ,DAR ESE PASO DE BUSCARLO Y ÉL TE DIRÁ BAJA Y VEN QUE IRE A TU CASA ,PERDONRE TUS PECDOS Y PODRÁS RESUCITAR CONMIGO A LA VIDA ,POR QUE "YO SOY CAMINO VERDAD Y VIDA" ESTUVISTE MUERTO EN EL PECADO PERO RESUSITARÁS EN EL PERDÓN QUE DIOS TE DARÁ A LA VIDA .
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